Carta Abierta en la Revista PROCESO (MEXICO)

martes, 11 de marzo de 2008

Guerra contra el Estado Laico”

Impugna nombramiento en Segob


Señor director: Solicito la publicación de la siguiente carta en la gustada sección Palabra de Lector. Irritación y desconfianza –por decir lo mejor– es lo que ha provocado en diferentes sectores la designación de Ana Teresa Aranda Orozco como Subsecretaria de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación. Es que su filiación con la ultraderecha es de todos conocida. El periodista Álvaro Delgado la señala como “uno de los muchos militantes de El Yunque…” (El engaño, prédica y práctica del PAN, Grijalbo, 2007, página 68). Carente de una formación profesional, la nueva Subsecretaria de Asuntos Religiosos responde, de manera inercial, a los intereses de la jerarquía católica, y mediante esta designación se convierte en una gestora privilegiada que tratará de imponer en nuestro país la agenda político-religiosa de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM). Desde esta perspectiva, Aranda es la persona menos indicada para ocupar un cargo que involucra decisiones sobre la política religiosa y demográfica del gobierno. De lo anterior se deduce que Felipe Calderón paga al Episcopado una factura –que aún permanecía pendiente– por haberlo apoyado a lo largo de su campaña presidencial por medio de los cursos de “fe y política” y las homilías orientadoras hacia el voto panista en todas las parroquias del país. En esta lógica, Calderón envía a una persona a modo para que cristalice el proyecto de “libertad religiosa” de la CEM, el modelo confesional que la jerarquía católica persigue desde hace décadas (educación religiosa en las escuelas públicas, control directo en los medios de comunicación electrónicos, subvenciones al clero, etcétera). En el currículum de Aranda Orozco aparece su militancia en la Asociación Nacional Cívica Femenina (Ancifem, grupo antiabortista que defiende las doctrinas de la Iglesia católica sobre la sexualidad y la familia) y apoyos otorgados al Comité Nacional Provida. El escenario político que se avecina con la llegada de las élites yunquistas a los altos mandos de la Secretaría de Gobernación es por demás previsible: el desmantelamiento del Estado Laico y el establecimiento de una dependencia pública al servicio de la jerarquía católica. Esta designación es, en suma, la plena declaración de guerra del gobierno de Calderón contra el Estado Laico, las minorías religiosas y los derechos de todas las personas.

Atentamente. Laura Campos Jiménez Historiadora egresada de la Universidad de Guadalajara.

1 comentarios:

eliseo dijo...

Es gratificante encontrar a una colega historiadora comprometida con la verdad.estoy totalmente de acuerdo con su comentario.Eliseo Rivera Parada